300 g de masa de hojaldre congelada o preparada en casa
50 g de mermelada de grosellas,
100 g de azúcar en polvo,
1 cucharada de zumo de limón,
1 kg de cerezas acidas de bote,
50 g de azúcar,
una punta de cuchillo de canela molida,
3 cucharaditas de fécula
1/2 l de nata líquida,
40 g de azúcar,
16 guindas confitadas
Dejar descongelar la masa de hojaldre congelada 30-60 minutos a temperatura ambiente.
Enjuagar una bandeja de horno con agua fría.
Calentar el horno a 200°.
Dividir la masa ya descongelada en tres partes y formar tres fondos de 28 cm de diámetro.
Estas capas son algo mayores que el fondo del molde desmontable de 26 cm de diámetro porque se encogen durante la cocción.
Colocar estas capas sobre la bandeja del horno, pincharlas varías veces y dejar reposar 15 minutos.
Cocer 10-12 minutos a altura media del horno, hasta que adquieran un tono marrón claro.
Untar con la mermelada caliente la capa de masa de hojaldre que tenga mejor aspecto.
Batir el azúcar en polvo con el zumo de limón y extender este baño sobre la mermelada.
Dejar secar.
Cortar la capa de masa bañada en 16 porciones.
Sobre la tarta rellena no se puede realizar esta división porque se saldría la nata.
Escurrir las cerezas.
Cocer el jugo de las cerezas con el azúcar y la canela. Mezclar la fécula con un poco de agua fría, agregarla al jugo
de cereza, cocer de nuevo removiendo y retirar del fuego.
Incorporar las cerezas al jugo.
Dejar enfriar.
Distribuir las cerezas ya frías en la segunda capa de masa de hojaldre.
Montar la nata con el azúcar.
Introducir 6 cucharadas de nata en una manga pastelera con boquilla estrellada.
Poner una parte del resto de la nata sobre las cerezas y colocar encima la última capa de hojaldre.
Poner encima el resto de la nata y colocar encima la capa de hojaldre bañada.
Hacer una roseta de nata sobre cada porción de la tarta y adornar cada roseta con una guinda confitada.
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