Lo que lleva la cubierta
bizcochos dulces secos pulverizados. 1 Y 1/2 TAZAS
azúcar. 3 CUCHARADAS
manteca derretida. 70 GRAMOS(
Lo que lleva el relleno
leche condensada. 1 LATA
ralladura y jugo de 1 limón grande
yemas. 4
claras a nieve. 4
Varios
crema chantillí y frutillas para decorar la tarta. A GUSTO
Empecemos por la cubierta. Primero coloque sobre la mesa donde va a trabajar, la taza y media de bizcochos dulces pulverizados
(licuados o procesados, como prefiera). Agrégueles las 3 cucharadas de azúcar y los 70 gramos de manteca derretida. Frote
la mezcla entre las palmas de las manos hasta que todo parezca arena húmeda.
Vuelque la mezcla de bizcochos en una tartera desmontable de 22 centímetros de diámetro, algo profunda, bien enmantecada
pero esta vez sin enharinar. Con el dorso de una cuchara vaya extendiendo y presionando el polvillo preparado, hasta forrar
el molde con un espesor parejo. Quedará una capa más bien delgada. Resérvelo en la heladera.
Ponga en un bol mediano las 4 yemas y bátalas bien. Agrégueles la lata de leche condensada, el jugo de un limón grande
y la ralladura. Una todos los ingredientes con el batidor de alambre, mientras sigue batiendo, a fin de dispersar bien la
preparación. Esta es una receta muy sencilla y de rápida preparación, por eso siempre la recomiendo.
Con el batidor de alambre, bata las 4 claras a punto de nieve bien firme. Viértalas en el bol donde batió las yemas con
la leche condensada. Una todo con movimientos envolventes, para no aplastar la preparación y de ese modo obtener un relleno
más esponjoso. Retire de la heladera el molde que habíamos forrado con la mezcla de galletitas.
Vierta el relleno en el molde y cocine la tarta 5 minutos en horno caliente y luego a temperatura mínima hasta que esté
firme. Apague el horno, abra la puerta y deje la tarta allí 5 minutos. Una vez fría (no se asuste si está más torcida que
la torre de Pisa) deslícela sobre la fuente donde la servirá y decore con crema y frutillas. Déjela en el frío hasta saborear.
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