2 tazas de frutillas bien lavadiias
3/4 de taza de azúcar
1 cucharada de jugo de limón
1 y 1/2 cucharada de gelatina en polvo, sin sabor
1/4 de taza de agua fría
Agua caliente, cantidad necesaria
1/2 taza de crema de leche
2 claras
Sal, un poquitito así
Crema chantillí, para decorar (optativo)
PREPARACIÓN
Remoje la gelatina en el agua fría. Quítele el cabito a 1 y 1/2 taza de frutillas. Reserve el resto.
Corte en tajaditas la taza y media de frutillas y póngalas en un bol.
Cúbralas con el azúcar, agregúeles el jugo de limón y déjelas macerar 2 horas.
Escurra el jugo que soltaron las frutillas maceradas, póngalo en una taza y complete hasta la mitad con agua caliente.
Vierta la mezcla en un jarro y agregúele la gelatina remojada.
Mezcle sobre el fuego hasta que la gelatina se disuelva.
Agregue esta gelatina a las frutillas maceradas que están en el bol, y coloque éste en la heladera hasta que espese, pero
sin solidificar.
Mientras... Bata la crema de leche hasta que espese a medio punto, es decir: bien espesita.
Agregue a las claras el poquito de sal y bátalas hasta que alcancen el punto de nieve. Reserve.
Retire la gelatina espesada de la heladera y bátala hasta que esté espumosa.
Mezcle la gelatina de frutillas con la crema batida a medio
punto y las claras a nieve. Y como siempre, cúbralas con movimientos envolventes.
Vierta en el molde único o en moldes individuales humedecidos con agua y estaciónelos en la heladera hasta que la crema
esté firme.
Recién entonces desmóldelos directamente sobre la fuente o los platos donde los piensa servir, pasando el molde rápidamente
por agua caliente.
Termine la decoración del postre con la monería que sepa
hacer con chantillí y las frutillas enteras que reservó.
Mantenga el postre en la heladera hasta el momento de servirlo para que el calor no lo altere.
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