INGREDIENTES:

2 claras
1 cucharadita (tamaño café) de crémor tártaro
6 cucharadas de azúcar molida (y cantidad extra)
1 cucharada de fécula de maíz (al ras)
1/4 kg de frutillas
Crema chantilly, a gusto

Coloque las claras en un bol y agregúeles el crémor tártaro.
Bata hasta que alcancen el punto de nieve, pero sin que lleguen a secarse.
Incorpóreles el azúcar, de a una cucharada por vez. Mientras, siga batiendo hasta incorporar toda la mezcla.
Continúe batiendo hasta obtener un merengue bien firme (Yo diría: duro,,.).
Deje de batir, espolvoréelo con la fécula de maíz y una toda la preparación con movimientos envolventes.

Para el armado y la cocción:

Enmanteque y enharine una placa para horno.
Ponga el merengue en una manga con boquilla mediana (lisa o de picos) y trace espirales sobre la placa comenzando por el centro.
Continúe con los espirales tratando de que cada vuelta toque a la anterior, hasta formar un disco del diámetro que usted quiera hacer los niditos.
Trace con la misma técnica más discos, espaciándolos muy bien entre sí.
Con la misma manga (y más merengue, por supu...), levante sobre el borde de cada disco dos vueltas, superponiéndolas a fin de transformar los mismos en niditos.
Espolvoree los niditos con azúcar molida y séquelos en horno mínimo. (Si el mínimo de su horno no es mínimo... ¡gradúelo con la llave de gas!).
Una vez que estén secos los niditos, apague el horno, abra la puerta (del horno, se entiende...) y déjelos allí.
Espere hasta que se enfríen.
Recién entonces despegúelos con manos de hada (y una espátula apropiada...).
Acomode los niditos ya listos en sendos platos de postre.
Rellénelos con las frutillas previamente lavaditas y azucaradas, corone cada nidito con un buen copo de crema chantilly... Y llévelos a la mesa..